Las relaciones son tu esencia. Tú no entiendes la vida si no es en pareja. La soledad te aterra y lo normal es que siempre estés bien acompañada, aunque para ello sea necesario renunciar a tus propias convicciones. Tu encanto, tu imponente estilo y tu sentido de la belleza hacen de ti la pareja perfecta, siempre dispuesta a complacer y a adaptarte, a veces en exceso. No soportas los conflictos ni las discusiones, tu gran defecto reside en no enfrentarte de cara a los problemas y obviarlos.

A veces pecas de superficialidad y das demasiada importancia a la apariencia y a tu reputación. Sabes seducir y persuadir a los demás para que se comporten como tú quieres, tu mayor virtud es dominar y controlar una relación casi sin que se te note. Te encanta flirtear, y si te descubren lo niegas y te deshaces en disculpas.

En realidad tus necesidades carnales son mucho más profundas de lo que puede parecer. Eres elegante, equilibrada y romántica, y das mucha importancia a la comunicación. Te gusta hablar de amor y de tus relaciones y quieres saber como siente y como piensa tu pareja en todo momento. Eres convencional y deseas casarte, te gusta hacer públicas tus relaciones y que todo el mundo sepa lo enamorada que estás.