Si bien eres inteligente, comunicativo y versátil, capaz de adaptarte a cualquier situación, cuando te acercas al terreno de los sentimientos, ahí te pierdes un poco. Para vivir el amor en esencia es necesario sumergirse bastante más en el mundo de las emociones de lo que tú estás dispuesto a hacer.

Quizás temas sentirte excesivamente atado, o no estás dispuesto a permitir que las ataduras emocionales arruinen tu bienestar cotidiano y te impidan hacer otras cosas, pero la verdad es que no terminas de abrirte al amor todo lo que deberías, y de esta manera los demás terminarán tratándote de una forma un tanto superficial.

Eres más dado al amor ocasional que a las relaciones estables y duraderas. Aunque solo sea en tu cabeza, siempre existen al menos dos personas con protagonismo en tu vida. Buscas ante todo una conexión mental, no podrías estar con alguien con quién no compartes ideas en común. Quizás tu fuerte no sea la sexualidad, pero tu forma tan natural de tomártelo y tu capacidad de originalidad e inventiva conquistará al sexo opuesto.