Romántico por naturaleza, eres el rompecorazones del zodiaco. Tú no puedes vivir sin amor, bueno, más bien sin estar enamorada. Siempre tienes que tener una ilusión, una fantasía que alcanzar, este es el motor de tu vida, pero cuando alcanzas lo que quieres te das cuenta de que no es como pensabas y enseguida te creas otro sueño que perseguir.

Tu naturaleza sensible, vulnerable y encantadora enamora al sexo opuesto con una simple mirada, y normalmente sueles tener muchos pretendientes. Tienes que ser consciente de que te cuesta discernir amor de pasión, lo cuál a veces te lleva al fracaso en pareja cuando el deseo desaparece.

Tu mayor defecto consiste en idealizar en exceso al ser amado y al propio amor. En sentido contrario, cualquiera que llegue a tener una intimidad afectiva contigo llegará a pensar que tú eres su pareja ideal, hasta que un día se da cuenta de que muchos otros piensan lo mismos. Eres como un comodín que puede adaptarse perfectamente a las necesidades y a la esencia del otro, y ellos ven en ti lo que siempre han soñado.